Propiedades tradicionales de la chufa y la horchata
Según Pio Font Quer (1888-1964, profesor de Botánica en la Facultad de Farmacia de la Universidad Autónoma de Barcelona) en su libro «Plantas Medicinales: el Dioscórides Renovado» (editorial Labor, Barcelona, 1956) la horchata de chufa es «calefacciente y desecante, expele las flatulencias, fortifica las entrañas, alivia los cólicos, provoca la orina y el menstruo, aprovecha para la hidropesía reciente, se reputa por cefálica y buena para los vértigos y aturdimientos de cabeza. Se usa algunas veces en enjuagues o colutorios para las úlceras de boca y encías«.
Obviamente este es un lenguaje muy anticuado porque Pio Font Quer adoptó un libro de farmacopea de un médico del ejército romano, Dioscórides, aficionado a las plantas medicinales y que vivió en el siglo I de nuestra Era, de dificil traducción en la Medicina actual, trufado con conceptos hipocráticos (siglo V antes de Cristo) y paracelsianos (siglo XVI), por lo que tiene escasa aplicación a nuestro saber y conocimientos actuales, pero que incide en algunos de los aspectos más interesantes de sus propiedades digestivas:
- es eupéptica por su contenido en amilasa y lipasa, facilitando la digestión de los hidratos de carbono y las grasas respectivamente. Alivia las molestias de dispepsia flatulenta y evita el meteorismo.
- es diurética por su abundante contenido en agua y escaso en sodio (no se retiene, por tanto).
- es antidiarréica («fortifica las entrañas») por su contenido en almidón, que tiene propiedades espesantes de las heces y como prebiótico favorece el crecimiento de la flora intestinal beneficiosa fermentativa (bacilos formadores de ácido láctico); recordemos que la «horchata de arroz» y la «horchata de chufa» eran conocidos remedios de las diarreas infantiles hace 40 o 50 años.
- por su contenido en peroxidasa y catalasa no seria de extrañar su utilidad en las aftas bucales como «desinfectante» orofaríngeo, aunque no es un uso muy habitual, ya que suele beberse, no hacerse colutorios con ella.
El resto de propiedades, «cefálica» y para «los vértigos y aturdimientos de la cabeza», no parecen sustentarse en ninguna de las propiedades de la horchata de chufa o el tubérculo entero, basadas en su composición y conocidas en la actualidad.
La horchata de chufa tiene propiedades energéticas porque contiene porcentualmente más hidratos de carbono que la leche, y una buena parte son almidón, la glucosa sólo trazas, digestivas (es antiflatulenta y antidispéptica) y astringentes; carece de lactosa y de fructosa por lo que pueden tomarla personas que no toleran el azúcar de las frutas (o las bebidas refrescantes derivadas) o la miel, o el azúcar de la leche, lo que sucede en un 30% de la población española adulta y casi el 50% de nuestros ancianos. Tiene más hierro, cinc y cobre e igual contenido en magnesio que la leche de vaca o cabra, lo que la hace especialmente apropiada para la infancia y senectud, y en las embarazadas, y aunque por sí sola no es capaz de cubrir los requerimientos diarios en hierro (se debería tomar cerca de tres litros diarios), sí los de cobre, magnesio y cinc.
Comparativa con la leche |
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Pero es sobre todo su contenido en amionácidos y ácidos grasos monosaturados la que le brinda unas propiedades saludables que la hacen comparable con otras bebidas refrescantes o nutrientes. Una comparación entre el contenido en ciertos minerales de la horchata de chufa, la leche y el zumo de naranja se puede observar en el gráfico.