El Cultivo

La plantación se realiza en los meses de abril y mayo, esta fecha viene condicionada por las rotaciones típicas de la huerta valenciana. En la preparación del terreno se realizan labores para que éste quede esponjoso, muy suelto y bien nivelado. La plantación se realiza mecánicamente en caballones de una altura aproximada de 20 centímetros y separados 60 centímetros entre si. La profundidad de la plantación es de 4 a 5 centímetros, la densidad de plantación es elevada, requiriéndose de 10 a 12 kilogramos de chufa por hanegada.

La fertilización es prácticamente nula ya que se aprovecha el abono distribuido en los cultivos que preceden a la chufa en la rotación.

La chufa presenta una nascencia desigual, compitiendo mal con las malas hierbas, por lo que los agricultores realizan varias escardas a lo largo del cultivo, éstas se realizan manual o mecánicamente, utilizándose en este último la «entauladora»; cuando el objetivo es el aporcado, se emplea el abresurcos. No es habitual el empleo de herbicidas en este cultivo.

La recolección suele realizarse entre mediados de noviembre y mediados de diciembre, cuando la planta esta completamente agostada y seca. Previa a la recogida de tubérculos se procede a la eliminación del sistema aéreo de la planta mediante la incineración controlada, para eliminar los restos vegetales no incinerados se efectúa un tableado..

Antiguamente la recolección era realizada manualmente, abocando la tierra de cultivo sobre una tolva giratoria provista de un tamizador. Actualmente la recolección se hace de forma mecanizada, mediante la recogedora cribadora, arrastrada por un tractor y que se acopla a la toma de fuerza del mismo.

Después de la recolección se procede al lavado de las chufas, en este proceso se pierden las raíces, se limpia su piel y se eliminan los tubérculos «fallados», este lavado se realiza actualmente en lavaderos industriales. Los rendimientos oscilan entre 12.000 y 24.000 kilogramos de tubérculos por hectárea (pesados tras el lavado).

La venta de la chufa se puede realizar inmediatamente después del lavado o bien tras el proceso de secado, por el cual se produce una perdida de peso del orden de 35-40%. Para la obtención de un producto de calidad, el proceso de secado debe ser lo más lento posible, normalmente dura tres meses, para ello se extienden los tubérculos en capas de 10 – 20 centímetros de espesor. Los tubérculos son removidos dos veces al día para evitar enfermedades criptogámicas y conseguir un buen secado.

Plantación

Plantación

Antes de comenzar con la plantación, se realizan una serie de labores preparatorias del terreno, con el fin de que éste quede esponjoso, muy suelto y bien nivelado. Así pues, la maquinaria a utilizar debe ser de poco peso para evitar problemas de compactación del suelo. Se emplean tractores que oscilan entre 25-70 CV.

La chufa se planta entre los meses de abril y mayo, fecha que viene condicionada por el cultivo anterior. Se realiza de manera mecánica, sembrándose en caballones, los cuales tienen una altura de 20 cm y una separación de 60 cm. La profundidad de siembra oscila entre los 6-8 cm cuando el campo está en sazón.

La densidad de siembra es un aspecto del cultivo importante, pues el rendimiento y la calidad del tubérculo dependen en buena parte de ello. Aún así, existe una densidad óptima, que no debe sobrepasarse, ya que entonces el tubérculo queda pequeño y las plantas se ahilan encamándose prematuramente. Esta densidad óptima es aproximadamente 120 a 135 Kg por Ha (10 a 11,25 kg por hanegada).

Por lo que respecta a las condiciones óptimas para el cultivo de la chufa, presenta las siguientes exigencias:

Exigencias climáticas; En climas cálidos, como es el valenciano, con temperaturas medias elevadas, alta humedad relativa ambiental y un periodo de 4-5 meses libres de heladas, la planta puede completar su ciclo vegetativo sin el menor problema.

Exigencias edáficas; Si se pretende obtener una producción de calidad, el cultivo de la chufa sólo puede realizarse en suelos que posean unas características especiales. Los suelos adecuados para el cultivo de la chufa han de ser sueltos, tanto por la calidad como por el rendimiento y recolección del tubérculo, pues la recolección ha de realizarse tamizando un espesor de suelo de 15-20 cm. de profundidad donde se encuentra el tubérculo. Además, los suelos en los que se cultive la chufa, deben tener un buen drenaje, estar nivelados, estar limpios de restos vegetales y piedras y ser ricos en materias orgánicas.

Plantación de Chufa
Plantación de Chufa
Plantación de Chufa
Plantación de Chufa
Recolección

Recolección

Para poder llevar a cabo la recolección, la planta debe estar completamente agostada y seca, por lo que la recolección se llevará a cabo en los meses de noviembre a enero.

Posteriormente se produce el quemado totalmente controlado de la parte aérea de la planta y tras ella, se efectúa una limpieza de las cenizas y restos.

En la fase de recolección, se utiliza como instrumento la cosechadora que consta de una barra de corte de la anchura de dos o tres caballones. Va cortando la tierra que es desmunuzada por una fresadora de varillas y la deposita en un bombo cribador que separa la tierra de la chufa, estas salen por su parte trasera, acompañadas de restos de la planta, piedrecitas, etc. Estas son transportadas mediante una cinta a la tolva del tractor.

Recolección de Chufa
Recolección de Chufa
Lavado de Chufa

Lavado

Una vez finalizado el proceso de recolección, se realiza el lavado de la cosecha. En esta operación, las chufas pierden sus raices, se limpia su piel y se eliminan aquellos tubérculos «fallados». Las chufas procedentes del campo son depositadas en una era del lavadero. La cosecha pasará por tes bombos donde se separa la tierra del resto de material y se elimina el pelo de la chufa. Una ducha las va mojando, pasando después por unas canaletas donde hay diferentes salidas de agua y aquí se separa grava y chufas.

Recolección del tubérculo
Lavado de Chufa
Chufa lavada
Secado de Chufa

Secado

Una vez limpias las chufas deben perder humedad mediante el secado. Durante este proceso, la humedad desciende del 50% hasta el 11%. Este proceso, cuya duración suele ser de 3 meses, se realiza de manera lenta y cuidadosa, con el fin de conseguir que la chufa adquiera las características que le son propias. Durante esta operación se remueven continuamente los tubérculos, para que el secado sea uniforme. Se realizan dos removidos diarios, disminuyendo la frecuencia de estos según vayan perdiendo la humedad.

Secado de la Chufa
Secado natural de la Chufa
Chufa secando
Limpieza y Clasificación

Limpieza y Clasificación

Una vez secas, se procede a su limpieza y clasificación, con el fin de separar la chufa de impurezas, chufas falladas o de pequeño tamaño. Estos restos constituyen el destrío. Posteriormente se realiza una ultima selección manual complementaria. Llegado este momento, las chufas se ponen en sacos, quedando listas para la elaboración de la horchata.

Limpieza y Clasificación
Limpieza y Clasificación
Limpieza y Clasificación
Embolsado de la chufa